TestaAa: ruido visceral que enciende la noche porteña
Un álbum debut que convierte la confusión urbana en combustible sonoro.
Cuando TestaAa lanza su primer álbum, “TESTA”, la ciudad cambia de frecuencia: riffs desafiantes, letras que huelen a madrugada y una pulsión existencial que late en cada compás. El disco funciona como manifiesto generacional, capturando el vértigo de vivir entre adoquines, luces de neón y algoritmos que dictan nuestras ansias diarias.
El cóctel sonoro es tan feroz como elegante: guitarras que evocan el descaro de Babasónicos, giros melódicos al estilo de Usted Señálemelo y un eco británico digno de Blur, siempre filtrado por la mirada inquieta de TestaAa. Pistas como “Esperando el tren” y “E.T.Q.P.” se erigen en himnos instantáneos para outsiders: arreglos que muerden, ritmos que arrastran sin pedir permiso y versos que escupen ironía con una sonrisa torcida.
Lejos de planes meticulosos, TestaAa confiesa que las canciones “llegaron solas”, chispas que encendieron la noche y se convirtieron en catarsis cruda. El resultado es un caleidoscopio emocional que alterna ternura con furia, introspección con estallido. Ese caos orgánico —marca registrada del artista— abraza al oyente y lo invita a perderse en su propio laberinto.
Para quienes viven con auriculares pegados al corazón, “TESTA” ya retumba en Spotify, Shazam y Amazon Music. Sube el volumen, olvida las etiquetas y descubre a TestaAa, un músico que no solo canta: vive cada nota como si fuera la última, recordándonos que en pleno desorden urbano la música sigue siendo refugio y rebelión.
Este artículo es un contenido de NoEsFm