El indie peruano gana terreno con “Simón Salguero”, el nuevo álbum de Lento Rodríguez
Un retrato de Lento Rodríguez: riesgo, exploración y una independencia que trasciende fronteras.
Lento Rodríguez es el seudónimo de Gustavo Rizo-Patrón, un músico peruano que desde hace algunos años viene trabajando en el margen de la industria con una ambición artística que lo empuja más allá de ese perímetro. Su música se desarrolla a partir de la exploración paciente y del registro que se prueba a sí mismo en cada entrega. Ese trayecto, iniciado con “New New Wave” en 2024, encuentra en “Simón Salguero” un punto de inflexión que lo coloca en un mapa mayor, el de los proyectos latinoamericanos que piensan la independencia como un laboratorio en constante movimiento.
En un panorama donde la autogestión se ha vuelto moneda corriente, Lento Rodríguez se distingue por el modo en que convierte esa condición en estética. Su obra incorpora la fragilidad del entorno como parte del sonido, y cada canción se despliega como un ejercicio de investigación. La búsqueda aparece en los matices, en las texturas que emergen y se transforman, en la voluntad de no quedarse en un molde fijo. Esa forma de trabajo conecta con una sensibilidad global que reconoce en la independencia un método de riesgo y apertura.
Tweety González, puente generacional
La participación de Tweety González en la producción y mezcla del disco refuerza ese espíritu de cruce. Su experiencia como arquitecto sonoro en álbumes clave de Soda Stereo y Fito Páez aporta un marco que potencia el material sin neutralizar su frescura. Lo que se escucha es un diálogo generacional y geográfico: un artista joven proveniente de un circuito limeño marcado por la precariedad, acompañado por un productor que encarna una tradición sofisticada del rock latinoamericano. Esa tensión se convierte en energía creativa visible en los detalles que sostienen el EP.
En este punto Lento Rodríguez empieza a situarse más allá de la categoría de músico local. Aunque el título del disco provenga de una calle de su infancia en Miraflores, las canciones parecen diseñadas para circular sin límites de territorio. Lo íntimo se proyecta hacia una escala compartida y permite que el material dialogue con otros experimentos latinoamericanos que vienen renovando la idea de lo independiente.
“Simón Salguero” coloca a Lento Rodríguez en un lugar estratégico dentro de la escena: el de un artista que participa de varios circuitos a la vez. Su música se sostiene en la convicción de que el arte independiente sobrevive gracias a la flexibilidad y al riesgo. En tiempos donde la industria intenta absorber cada gesto alternativo, Rodríguez recuerda que la independencia es, más que un estado de producción, una forma de pensar. Y en ese gesto, su obra se vuelve relevante dentro y fuera de Perú.
Este artículo es un contenido de NoEsFm