“Velvet Seas” pone a Kraak & Smaak en órbita: groove cálido, voces góspel y brillo west coast
Funk de alto vuelo, soul neblinoso y psicodelia luminosa: el trío holandés firma su disco más maduro y panorámico.
Lograr que el pulso cálido y psicodélico de Kraak & Smaak se sienta renovado y familiar a la vez es la promesa de “Velvet Seas”, un álbum concebido entre los adoquines de Leiden y la neblina soleada de Los Ángeles que destila groove, color y oficio sin perder el latido club del trío. Aquí, la costa oeste aporta brillo cinematográfico mientras la base funk y soul del grupo mantiene todo en su órbita: hedonismo elegante con cabeza y corazón.
El arranque con “Midnight Cowboy” levanta un muro de sonido setentero —baterías en vivo, bajos anchos— que abre un teatro de psicodelia etérea. “Herbs & Wine” baja las luces: IVAR susurra soul de combustión lenta con perfume Stax y metales en penumbra. “Nothing Is Forever”, con Kosta G, coquetea con el yacht rock psicodélico; “Travel Light” recupera la velocidad con una descarga disco-orquestal lista para festivales; “Heat”, junto a Butter Bath, mezcla psych-pop y nu-disco con tacto solar.
En el corazón del viaje, “Velvet Seas” brilla con la voz góspel de Izo FitzRoy sobre sintetizadores relucientes; The Undercover Dream Lovers expanden el horizonte en “Isn’t It Strange”; iogi firma la caricia setentera de “All I Need”; Berenice van Leer flota en “Morning Reverie” como amanecer en Pacific Coast Highway. IVAR regresa con el pegadizo “Come What May”, mientras Kainalu ilumina “Real Love” con soul cósmico. “Ear to the Ground” huele a polvo analógico y “Open the Blinds” cierra con un himno funk que abre —paradoja deliciosa— otra ventana.
Formado por Oscar de Jong, Wim Plug y Mark Kneppers, Kraak & Smaak lleva dos décadas girando por Europa, Estados Unidos, Sudamérica, Asia, China y México, con hitos en SXSW, Coachella y WMC desde aquel debut “Boogie Angst“. Esa experiencia se condensa aquí en un sonido cálido y estimulante que conversa sin fricción con disco, electrónica, indie, deep house y pop.
Más que un simple capítulo, “Velvet Seas” funciona como continuación y renacimiento: un álbum inmersivo, expansivo y profundamente humano que honra el pasado mientras pisa con seguridad el futuro. Veinte años después, el trío sigue exacto en el tiro: inventivo, refinado y visionario, con el groove como brújula y el horizonte bien abierto.
Este artículo es un contenido de NoEsFm