Tavo Castillo transforma la memoria andina en lenguaje universal en su nuevo álbum “Apus del alma”
Quizá esa sea la huella más poderosa de Tavo Castillo: su capacidad para permanecer esencial en cada etapa.
Desde hace más de cuatro décadas, Tavo Castillo ocupa un lugar singular dentro del rock peruano. Fundador de Frágil, referente del rock progresivo latinoamericano, su figura se ha mantenido fiel a una búsqueda que trasciende modas o generaciones. Multiinstrumentista, compositor y productor, Castillo ha sabido construir un puente entre lo ancestral y lo contemporáneo, entre la épica de los años setenta y una espiritualidad más íntima. Su nuevo trabajo, “Apus del alma”, surge de esa madurez: una obra que combina sabiduría técnica, reflexión y un profundo sentido de pertenencia.
El proyecto fue concebido en su casa, en compañía de sus hijos y del guitarrista Daniel Willis. Desde ese entorno familiar se despliega una música que parece expandir el tiempo, tejiendo sonidos que evocan el aire andino y la textura electrónica con la misma naturalidad. Castillo vuelve sobre instrumentos que lo han acompañado toda la vida: la flauta, el teclado, la guitarra. Cada uno funciona como una extensión de su memoria, pero también como un vehículo hacia algo nuevo. El resultado no busca grandilocuencia, sino una sensación de comunión, un espacio donde el sonido se siente cercano, compartido, humano.
“Apus del alma” recoge una idea que ha guiado a Castillo desde siempre: la música como diálogo entre raíces y transformación. En su obra no hay fronteras entre tradición y modernidad, sino una fusión orgánica que se alimenta de la experiencia. El álbum no replica las formas de Frágil ni pretende distanciarse de ellas; más bien, abre una vía distinta, menos marcada por la escena del rock y más por la introspección que llega con el paso del tiempo. Se percibe una serenidad en la manera en que los elementos se despliegan, una claridad que solo nace de quien ha dedicado la vida a escuchar.
Quizá esa sea la huella más poderosa de Tavo Castillo: su capacidad para permanecer esencial en cada etapa. “Apus del alma” no celebra el pasado ni se aferra al presente, sino que habita el instante en que la memoria se convierte en energía creativa. Su música respira con una calma que ilumina, recordando que el verdadero legado de un artista se mide por la honestidad con que entrega su mundo interior.
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