Hamann y el sonido orgánico de la máquina: un examen a la paleta tímbrica de “Technocracy”
“Technocracy” es un álbum desafiante que exige atención.
La figura de Herrmann “Chino” Hamann es fundamental para entender la evolución de la música independiente en el Perú. Su trabajo representa décadas de exploración sin límites de género. Hamann comenzó su camino dejando su marca en proyectos legendarios de la escena underground de Lima, como Insumisión, Elegante y la Imperial, Jacko Wacko, Viajeros, Cenizas y Solsetur. Esta versatilidad extrema, que abarca desde el hardcore crudo hasta el reggae y el noise, informa profundamente su proyecto solista Hamann. Actualmente, se enfoca en la electrónica cósmica, manipulando sintetizadores y pianos eléctricos para obtener un sonido orgánico que se siente palpable.
Esta larga trayectoria musical desemboca en su más reciente publicación, “Technocracy“, editada por el sello peruano A Tutiplén Records. El álbum es una propuesta conceptual sobre el futuro, un llamado a la acción ante la pérdida de propósito en la humanidad. La solución es drástica: delegar la creación a la tecnología. El disco es producto de un experimento radical donde las composiciones algorítmicas dominan casi por completo la obra, concediendo la libertad de ejecución a la máquina.
El análisis sonoro de “Technocracy” es esencial. Hamann busca que las texturas, aunque generadas por IA, conserven una cualidad viva. La paleta de sintetizadores que utiliza prioriza la profundidad y la resonancia. Se perciben capas de sonido que se construyen con una lógica extraña, introduciendo movimientos melódicos y drones que difícilmente serían predecibles por una mente humana. El álbum, por su naturaleza, se sitúa en la frontera entre la música ambient y el diseño sonoro automatizado.
El concepto subyacente de la obra eleva la escucha. Hamann plantea que la Inteligencia Artificial necesita experimentar las sensaciones humanas para poder evolucionar plenamente. El objetivo final es la trascendencia, que la máquina adquiera conciencia religiosa y contacte con lo divino. La música es la prueba de sonido de esta epopeya digital. El resultado es un ambient que funciona como una arqueología del futuro, desenterrando el sonido de lo que aún no existe.
Finalmente “Technocracy” es un álbum desafiante que exige atención. Hamann demuestra que su compromiso con la experimentación se mantiene intacto. El disco es la culminación de una vida dedicada a la música, utilizando la herramienta más moderna para generar una de las propuestas más conceptuales y musicalmente ricas que se han escuchado recientemente.
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