Matalascallando presenta el EP “Fim de férias”: la nueva forma de hacer rock y romper la geografía
“Fim de férias” de Matalascallando es un disco vital y contundente, un viaje interior que rompe fronteras y redefine la libertad sonora.
¿Y qué es la geografía hoy para una canción, eh? Un montón de líneas dibujadas por un burócrata. Una tontería. El rock, el verdadero, siempre se hizo para volar sobre esas fronteras y Bruno Angulo, este tipo de Chiclayo -ciudad al norte del Perú- que comanda Matalascallando desde Lisboa, lo tiene muy claro. La música que crea Matalascallando supera cualquier localización única. El rock peruano ahora se siente cual sentimiento transmitido por fibra óptica y eso define lo que te revienta la cabeza cuando escuchas este EP, “Fim de férias”. Te sientas, pones el lo-fi y de pronto te sientes en todas partes y en ninguna. Ese momento se define como libertad.
La honestidad cruda, sin filtros, representa el único presupuesto que vale. La voz de Angulo llega cual señal directa, sin el plástico ni el pulido que mata el alma del rock and roll. La distancia, la residencia en Portugal, no aísla el proyecto. Al contrario, lo amplifica. Hace que el slacker rock de Matalascallando suene universal, porque el desarraigo, la nostalgia, la sensación de estar a medio camino, ese sentimiento constituye la condición humana del siglo veintiuno. La tecnología representa la nueva guitarra de un músico que se niega a ser encasillado por su pasaporte.
Este EP, que traduce “final de vacaciones”, funciona como prueba de fuego. El contenido no se detiene en lamentos ni en postales turísticas. La transición se siente en el riff directo de “Avanzar”, en esa rebeldía sutil contra el tedio de la rutina que encuentras en “Último día de clases”. Esta música se hace por necesidad creativa, lejos de las exigencias de cualquier compañía disquera. El concepto colaborativo opera cual mapa de rutas aéreas: Angulo gestando desde Portugal, el sello peruano A Tutiplén Records respaldando, la mezcla de Diego Samos que le otorga un toque rítmico inesperado.
Olvídate de buscarle la nacionalidad a esta música. Matalascallando crea música global y punto. Y si eso nació en Chiclayo y se grabó en Lisboa, solo habla de la persistencia de un artista que comprende que su estudio se sitúa donde ponga su laptop y su audiencia reside donde haya un par de audífonos. “Fim de férias” constituye un disco vital, un puñetazo silencioso contra el mapa y la forma esencial de demostrar que las fronteras están solo en tu cabeza.
Este artículo es un contenido de NoEsFm