Así suena el remix de “Cartera Perdida”: Isla de Caras convoca a Dënver
Un puente Buenos Aires–Santiago que vuelve más nocturna y sensual la canción, sin perder su ensoñación original.
El remix de “Cartera Perdida” junto a Dënver aterriza tras la gira de presentación de Líneas Generales por América Latina y Europa, y confirma la obsesión de Isla de Caras por reimaginar su propio universo. Grabado en El Desierto (Ciudad de México), este segundo lanzamiento en clave de reversión —después de “Camas Separadas” con Disco Bahía— funciona como una jugada elegante: reordenar la emoción sin perder identidad.
Desde 2004, Dënver (CH) torció el mapa del pop independiente latino con la delicadeza de Mariana Montenegro y la visión de Milton Mahan. Aquí, su firma aparece sin impostaciones: voces que se entrelazan sobre un pulso sintético, guiño de club y susurro cinematográfico. La química con Isla de Caras es inmediata; es ese punto medio entre pop electrónico y melancolía luminosa que ambos saben habitar.
Los inicios
Isla de Caras nació en Buenos Aires en 2017 y rápido encontró su velocidad de crucero: Lollapalooza 2018, el debut “Chango” (2018) reeditado por P-Vine en Japón y celebrado en Tower Records Tokyo como “obra maestra de Sudamérica, un paraíso indie-pop”. En 2021 llegó “Una Caricia” (Costa Futuro), grabado entre Buenos Aires y Berlín, mezclado por Matías Cella (salvo “Partenaire” por Ezequiel Kronemberg) y masterizado por Antoine Chabert en París, con feats de Rosario Ortega, Vanessa Zamora, Clara Cava, Delfina Campos, Juana Rozas y Axel Fiks.
La ruta en vivo sostuvo el envión: sold out en Barcelona y Madrid, CC Konex como disparo inicial en Buenos Aires y un tour por Córdoba, Rosario, La Plata, Mendoza y San Juan. En 2022: Cosquín Rock, primera gira norteamericana (SXSW, Treefort, Freakout), fechas en CDMX y Guatemala; luego Perú, Foro Indie Rocks, Primavera Sound Argentina y el Festival Super Bock en Portugal.
En esta versión remix, “Cartera Perdida” se vuelve más nocturna y sensual. El arreglo mantiene la atmósfera onírica del original, pero suma capas de sofisticación y una nostalgia bien dosificada. No es maquillaje: es expansión emocional. Con los chilenos Dënver como cómplices, Isla de Caras reafirma su vocación de tender puentes entre escenas y geografías, empujando —con sutileza y riesgo— la conversación del pop latinoamericano contemporáneo.
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