Muere el cantante de Ilegales, Jorge Martínez: cae el último francotirador del punk español
El fundador de Ilegales fallece a los 70 años en Asturias: el rock en español pierde a su francotirador más feroz.
La consternación es total: Jorge Martínez, cantante, fundador y líder de Ilegales, muere a los 70 años en el Hospital Central de Asturias. En septiembre había anunciado que luchaba contra un cáncer; nadie esperaba un final tan abrupto para quien convirtió el desacato en disciplina artística y la elegancia en un cuchillo bien afilado.
Nacido en Avilés en 1955, de raíz aristocrática pero espíritu incendiario, Jorge abandonó Derecho para tocar en orquestas de pueblo y prender la mecha del rock junto a su hermano Juan con Madson, luego Los Metálicos. En 1981 crea Ilegales con Íñigo Ayestarán (bajo) y David Alonso (batería). Al año siguiente ganan el Ciudad de Oviedo y debutan en un recopilatorio con “Europa ha muerto”, “La fiesta” y “Princesa equivocada”. En 1983 aterriza el primer LP, “Ilegales”, con la portada icónica de Ouka Lele: un disparo a la sien que definió su estética sin pedir permisos.
El éxito fue inmediato y contundente. Con Willy Vijande al bajo llega “Agotados de esperar el fin” (1984). Tras un doble en directo, en 1988 fichan por Hispavox (EMI) y publican “Chicos pálidos para la máquina”. Los noventa traen una ristra de títulos sin concesiones: “(A la luz o a la sombra) Todo está permitido” (1990), “Regreso al sexo químicamente puro” (1992), “El corazón es un animal extraño” (1995) y “El apóstol de la lujuria” (1998). Ya en 2003, otra sentencia: “Si la muerte me mira de frente me pongo de lao”. La banda se disuelve en 2010, dejando pólvora en cada estribillo.
En Venezuela, su irreverencia fue semilla y estandarte: cassettes de universidad en universidad, vinilos traídos de España y cuatro ediciones locales —“Agotados de esperar el fin” (1987), “En directo” (1987), “Chicos pálidos para la máquina” (1988) y “(A la luz o a la sombra) Todo está permitido” (1990)— que hoy son relicarios en vitrinas rockeras. Polémico, desafiante y ajeno a modas, Jorge Martínez moldeó un sonido inconfundible que educó a generaciones. Se va el hombre; queda la artillería de canciones que todavía muerden.
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