Las voces pioneras del rock femenino en español

Las voces pioneras del rock femenino en español

Exploremos juntos la fascinante evolución del rock femenino en español, desde las pioneras que marcaron el camino hasta las vibrantes voces actuales que siguen escribiendo historia.

Corría el año 1998, y la revista TIME presentaba a la colombiana Shakira como la protagonista de la nueva ‘Era de las Rockeras’ latinas en una portada que anunciaba el inicio de un movimiento de voces muy distintas a las cantantes pop y baladistas que dominaban los rankings del Billboard. Este fenómeno generacional incluía a las mexicanas Julieta Venegas y Ely Guerra, las colombianas Andrea Echeverri y Soraya, así como la chilena Nicole. En las últimas dos décadas, este panorama se ha multiplicado y diversificado, dando valor a sus referentes y consolidando la consagración del rock femenino en español.

 

A principios de los años 90, Christina y Los Subterráneos se convirtieron en un éxito pop en las listas de España y parte de Latinoamérica con el álbum “Que me parta un Rayo” (1992). Con canciones de base rock y estribillos pop, conquistaron las emisoras de radio en una época en la que las artistas femeninas de la música estaban principalmente asociadas a la balada. Christina Rosenvinge compartía rankings con grandes bandas como Maná o Los Rodríguez, pero entonces la madrileña era una excepción en la música en español, con versos sugerentes y una fascinante imagen de rockera, sin dejar de parecer dulce y convencional.

Por su parte, la cantautora argentina Fabiana Cantilo, quien emergió en la escena desde mediados de los años 80 en una nación con un potente movimiento de rock masculino, terminó siendo reconocida como una de las voces pioneras del rock femenino en español, al igual que Cecilia Toussaint en México.

Poco después, también emergió Nicole desde Chile con “Esperando nada” (1994), un disco pop de guitarras producido en Madrid que destacó por versiones de Antonio Vega y Calamaro. La misma joven grabaría tres años después, junto a Gustavo Cerati, su tercer disco “Sueños en tránsito” (1997), un sorprendente álbum de rock electrónico que le valió el premio a la Mejor Interpretación Femenina en Video de la cadena MTV Latino.

En Colombia, en plena era del sonido post-grunge y una nueva ola de voces femeninas enojadas que dominaban MTV (Alanis Morissette, Garbage), surgió Shakira con “Pies descalzos” (1995), mostrando un lado más amable con estribillos pop y guitarra en mano. Su primera canción en radios, “Se quiere se mata”, abordaba el tema del aborto en un país profundamente católico y conservador, marcando una diferencia con otras populares cantantes latinas de la época como Gloria Estefan y Paulina Rubio. La joven tuvo un impacto continental que se consolidó con su siguiente álbum, “Dónde están los ladrones” (1998), nominado al Grammy como Mejor Álbum Latino de Rock o Alternativo, y que superó el millón de copias en EE.UU., todo antes de convertirse en una estrella del pop mundial.

También, desde el país cafetero, llegó la voz de Andrea Echeverri al frente del grupo Aterciopelados, en lo que fue la renovación del rock “alterlatino” de los años 90, popularizado por MTV Latino (Café Tacvba, Los Tres, Fabulosos Cadillacs, La Ley). Esto coincidió con el debut de Soraya con “De repente” (‘96), quien se convirtió en una exitosa cantante latinoamericana, incluso después de su fallecimiento en el año 2006.

En 1997, Christina Rosenvinge se desvinculó de Los Subterráneos para adentrarse en el rock con “Cerrado” y explorar el folk más íntimo, marcando el inicio de una prolífica colección de discos en el indie-rock que continúa hasta la actualidad. Su carrera vigente ha allanado el camino para otras cantautoras españolas como Amaral y Bebe (con su clásico disco ‘Pa’ fuera telarañas’) y voces más alternativas como Russian Red, Anni B Sweet, La Bien Querida, Zahara y Maria Rodes. Además, en 1997, el grupo Dover causó sensación en el rock alternativo con su álbum “Devil came to me”, aunque con temas cantados en inglés.

En México, Julieta Venegas debutó con “Aquí” (1997), producido por Gustavo Santaolalla, destacando en las pantallas de MTV Latino como una promesa del sonido alternativo latinoamericano. El estilo de Venegas fue una novedad para el rock en español de los años ’90; además de componer y abordar temáticas como la reflexión social, llamó la atención con su acordeón como principal instrumento. Simultáneamente, Ely Guerra y el grupo Santa Sabina (liderado por la fallecida Rita Guerrero en 2011) lanzaron sus primeros discos, y Venegas, junto a ellas, organizó el festival femenino De viva Voz para fortalecer sus propuestas.

Más adelante, se sumaron Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana y Carla Morrison, conformando una generación influyente que dejó una marca indeleble en la música, inspirando a numerosas artistas que emergieron a partir de los 2000. Julieta Venegas, por su parte, recibió el reconocimiento del Premio Nuestro Rock en México como disco revelación y un premio MTV Latino en 1999 por Mejor Interpretación Femenina. Su carrera continuó consolidándose con “Bueninvento” (2000), destacado entre los mejores discos del rock latinoamericano, antes de convertirse en una figura destacada del pop latino en la primera década de este siglo con “Sí” (2003) y “Limón y sal” (2006).

Además, Gustavo Santaolalla produjo el primer y enigmático álbum de la actriz argentina Juana Molina, titulado “Rara” (1996). A pesar de alcanzar renombre en la escena indie internacional en los años 2000, este debut inicial quedó en la oscuridad, convirtiéndose con el tiempo en un trabajo de culto (aunque ha sido reeditado recientemente). Desde Argentina también emergieron las voces de María Gabriela Epumer y Rosario Bléfari (del grupo Suárez), ambas ya fallecidas, así como discos de Erica García, Deborah de Corral, Daniela Herrero y Loli Molina. 

En Chile, desde la década de 1990, destacaron las voces de Javiera Parra y Los Imposibles, Colombina Parra al frente de Los EX (y actualmente como solista), Denisse Malebrán con Saiko, el grupo femenino Venus (la primera banda femenina en firmar con un sello), la cantautora Rosario Mena, la rapera Ana Tijoux desde el grupo Makiza, y generaciones más recientes como Francisca Valenzuela, Javiera Mena, Camila Moreno, Yael Meyer. Además, desde México, se suma el éxito de Mon Laferte.

Para algunos, resulta extraño ver a Shakira como una artista de rock después de veintiséis años, pero es crucial entender el contexto y la importancia que tuvo para su generación. Inspiró a cientos de chicas a involucrarse en la música o formar sus propias bandas, siendo una influencia y admiración que muchas artistas actuales comparten por Julieta Venegas como su primer referente en música en castellano. A fines de los 90, estas artistas fueron pioneras en una industria muy diferente, marcada por la feroz competencia y comercialización, donde se esperaba un prototipo femenino sensual (también sexual) y evitar la maternidad para no descuidar sus carreras. Este panorama solo cambió con el tiempo, junto al declive de las ventas musicales y los antiguos ejecutivos. Durante este proceso, artistas como Christina Rosenvinge, Nicole o Juana Molina también tuvieron que enfrentarse a un periodismo rock que las trató con desconfianza. Sin embargo, con el paso de las décadas, sus discos han sido reconocidos y valorados.

Aunque el “rock” ha evolucionado y puede tener interpretaciones variables, es innegable que figuras como Chrissie Hynde y PJ Harvey son indiscutibles representantes del mismo. Por otro lado, Shakira ha abandonado hace tiempo esa categoría, a pesar de su relevancia en la historia del rock en español. Asimismo, Christina Rosenvinge se destaca como una pionera del género y sigue siendo una figura relevante en la actualidad.

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Este artículo es un contenido de NoEsFm

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